7/10/06

La historia del Tokyo Verdy


El origen del Tokyo Verdy se remonta a 1969, año en el que se fundó el Yomiuri Club, equipo de fútbol de uno de los medios de comunicación más importantes de Japón, el Grupo Yomiuri. Se estableció en Kawasaki, una ciudad en la costa ubicada entre Tokyo y Yokohama.

El Yomiuri Club fue, junto al Nissan Motor FC, el mejor club de fútbol de Japón a finales de los años 70 y 80: campeón de la Japan Soccer League en 1983, 1984, 1986-87, 1990-91, 1991-1992, de la Copa de la Liga en 1979, 1985 y 1991, de la Copa del Emperador en 1984, 1986 y 1987, de la Copa de Asia en 1987-88, de la Copa Asia-África en 1989 y de la Copa Konica en 1990. Su éxito se basaba en tener a muchos de los mejores jugadores de Japón como Rui Ramos, Hashiratani, el portero de la selección nacional Kikuchi, Tsunami o el primer brasileño que jugó para la selección japonesa, Jorge Yonashiro, sin olvidarnos del mejor futbolista japonés de la historia, Kazu Miura.

El club cambió su nombre en el inicio de la recién creada J-League en 1993 y pasó a llamarse Verdy Kawasaki (la palabra “Verdy” proviene del color verde de la indumentaria del equipo). Éste ganó las dos primeras J-League, la de 1993 y 1994, gracias al buen trabajo del entrenador Matsuki con su gran plantilla, mejorada con las incorporaciones del brasileño Bismarck, Takeda o Kitazawa. Amen de conseguir la Copa Nabisco de 1992, 1993 y 1994 y la Supercopa Xerox del 1994. Estuvo apunto de conseguir el triplete pero perdió la final de la J-League de 1995 al caer en la final por 1-0 y 0-1 frente al Yokohama Marinos. Ese mismo año ganó la Copa del Emperador y la posterior Supercopa Xerox.

Parecía un sueño, el Verdy dominaba la Liga, tenía a los mejores jugadores del momento y practicaba un buen fútbol dirigido por Matsuki pero, desgraciadamente, no supieron hacer el relevo generacional. Poco a poco el equipo se fue llenando de viejas estrellas con un salario muy elevado, el único brillo que se vio en el Estadio Todoroki fue el de los flashes de las cámaras fotográficas que seguían a unos jugadores que se arrastraban por el césped. Aún así Miura logró ser el máximo goleador junto con el propio Verdy Kawasaki, que quedó 7º y ganó la Copa del Emperador de 1996 pero lo peor aún estaba por llegar… En la primera fase de 1997 quedó 16º, penúltimo, en la 2ª quedó 12º.

En la primera fase de 1998 mejoró algo quedando 6º aunque en la 2ª se desplomó al 17º lugar, penúltimo. Entonces se decidió rejuvenecer el equipo, apostando por la cantera y despidiendo a la vieja guardia. En la primera fase de 1999, el Verdy Kawasaki acabó 2º a dos puntos del líder, el Júbilo Iwata, gracias al reencuentro con el estilo ofensivo que había caracterizado al Verdy y a la aparición de uno de los mejores defensas japoneses y nombrado “rookie” del año 1999, Yuji Nakazawa. En la segunda el equipo volvió a hacer gala de su irregularidad y quedó 10º.

La base de aficionados estaba dejando de lado al Verdy Kawasaki una vez pasados los buenos primeros años de la J-League y la ciudad de Kawasaki era demasiado pequeña para las aspiraciones de la directiva, que, además, veía como el Frontale acaparaba cada vez más afición, por lo tanto, decidieron establecer el club en Tokyo, concretamente en la ciudad dormitorio de Inagi, en Tokyo Oeste, con la intención de atraer a más aficionados al estadio, que pasó a ser el gran Ajinomoto.

En su último año en Kawasaki, el Verdy deambuló por la zona media-baja. Al año siguiente la emocionante nueva era empezaba para el renombrado Tokyo Verdy 1969 y no pudo empezar peor, con el retorno de viejas glorias como Takeda quedó colista en la primera fase de la temporada 2001, con sólo 10 puntos en su haber y con una diferencia de goles de -15. En la 2ª mejoró, quedando 9º.

Estaba claro que había que hacer una verdadera limpieza, empezando por el técnico Matsuki y terminando por los veteranos futbolistas. La situación era difícil también a nivel de afición, los malos resultados espantaban a los posibles hinchas del Verdy. Tras el paso del conflictivo Edmundo, que ayudó al equipo a lograr su mejor clasificación una vez establecido en Tokyo, el 4º lugar en la 2ª fase de la temporada 2002, apostaron por dar el mando de la nave a Ardiles, el argentino inició una revolución y subió al primer equipo a jóvenes prometedores como Hiramoto y Yanagisawa a los que arropó con el delantero camerunés M’Boma, el veterano medio Kitazawa y Atsuhiro Miura por nombrar a algunos. Esta mezcla dio sus frutos en forma de un 10º y 9º lugar en las dos fases de la temporada 2003.

La regularidad se había logrado bajo la batuta de Ardiles, dos novenos puestos en 2004 habían consolidado al equipo en la máxima división nipona y la apuesta del club por la cantera volvió a resultar: Morimoto se convertiría en el jugador más joven que marca en la J-League, con tan solo ¡15 años! Su potencia, su cambio de ritmo, su regate, su demoledor disparo y su olfato de gol hicieron las delicias de una afición malacostumbrada a estar por la zona baja.

En 2005 el Tokyo Verdy se reencontró con los títulos 9 años después, ganó la Copa del Emperador 2004 tras vencer al Júbilo Iwata y la Supercopa Xerox de 2005 al vencer en la tanda de penaltis al campeón de Liga, el Yokohama F. Marinos. La temporada no podía empezar mejor, talentos surgidos del Verdy Youth como el lateral Soma, Daigo Kobayashi, Yoshiyuki Kobayashi, Hiramoto, Morimoto, Sakurai o Togawa junto con el veterano capitán Yamada y un jugador brasileño capaz de marcar las diferencias como Washington (2º máximo goleador de la temporada con 22 goles) confeccionaron un buen equipo y reverdecieron viejos laureles, sin duda auguraban una prometedora temporada pero, incomprensiblemente, los goles de Washington se vieron neutralizados por una pésima defensa que encajó 73 goles. La sustitución de Ardiles por un hombre de la casa como Ishizaki trajó buenos resultados... en los amistosos (victoria 3-0 contra el Madrid y 2-1 contra la Fiorentina), aún así fue sustituido por Vadao, un técnico brasileño que triunfó con el Ponte Preta y que no pudo evitar el descenso que quedó certificado con un doloroso 1-5 frente al Kashiwa.

En este 2006 se fichó a una leyenda viva como Rui Ramos a la vez que se marcharon del equipo jugadores importantes como Daigo Kobayashi, Yoshiyuki Kobayashi, Soma, Yamada y Washington y para cubrir su puesto apostaron por jugadores jóvenes e inexpertos como Fujita, Ohashi, Kanazawa, Hagimura, Ono, Saito entre otros, veteranos como Nagai y Hiroyama y los arroparon con brasileños veteranos que no marcaron la diferencia como el medio Anailson, el defensa Dedimar (un auténtico coladero) y Basilio, aunque éste último marcaría 7 goles en 18 encuentros antes de lesionarse. La temporada empezó bien con un 4-1 al Tokushima Vortis pero la irregularidad condenó al equipo. No había defensa, el centro del campo era incapaz de contener los ataques rivales y atacar con fluidez, los fallos infantiles eran constantes.

La mala planificación de la temporada hizo que se fichara a varios jugadores para dar seguridad a la defensa como Nagano y los laterales Ishikawa y Kaimoto, a Marcus y Ze Luis para reforzar el centro del campo y al veloz delantero brasileño Silva para reemplazar a la joya de la cantera Morimoto, cedido al Catania italiano.

El ascenso es prácticamente imposible pero parece que los jóvenes recuperan su auto-confianza, la defensa ya no hace aguas, el centro del campo presiona y crea ocasiones de gol ya sea en forma de centros al área y pases al hueco para que los aprovechen Saito, Hiramoto, Silva y Hiroyama o en forma de disparó o remate a puerta. Ramos ha encontrado un 11 fijo y eso se nota.

Si no asciende esta temporada, seguro que en la siguiente será un firme candidato.